3 recetas de té negro frío
Cómo hacer el té negro frío
El té negro bien frío puede ser una genial alternativa para pasarla mejor en una calurosa tarde de verano. Pero también es cierto que puedes añadirle algunas variantes para que sea más original y apetitoso. Algunas de estas tres recetas quizás te agrade.
Beber un té negro caliente en verano puede tornarse algo no demasiado agradable si justo las altas temperaturas están haciendo su trabajo. Consumirlo bien frío, en cambio, puede ser una experiencia gratificante y muy refrescante.
Para preparar un té negro frío, como base debes tener en cuenta llevar el agua casi a punto de hervor (unos 85, 90 grados) y colocar en la tetera, donde ya tendrás puesta la cantidad de té que desees, acorde si te gusta más suave o fuerte. Déjalo reposar unos 4 o 5 minutos y luego pásalo a una jarra que se llevará al refrigerador hasta que esté bien frío.
Pero también puedes disfrutar de algunas de estas tres recetas, que son más particulares:
- Té negro helado al limón: A tu preparación de té negro, añade el zumo de uno o dos limones y algunas rebanadas del mismo, además de incorporar una buena cantidad de hielo y el endulzante de tu preferencia. Refrescante a más no poder.
- Té negro frío con zumo de manzanas: Aunque suene algo extraño, es una buena combinación. Calcula aproximadamente una parte de zumo de manzanas por cada tres partes de té negro, más un toque de zumo de limón y un buen rato en el refrigerador.
- Té negro con frutas: Aquí se combina con un poco de frutas rojas, que le sientan muy bien al tono astringente que tiene. Puede emplease asímismo con té rojo.
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