Leyendas sobre el mundo del Té

Un mundo que te va a atrapar

Como buen amante del té, seguramente conozcas su historia y diferentes ceremonias que se realizan entorno a él. Pero quizás desconozcas algunas de las leyendas que se tejen a su alrededor.

Al mundo del té lo envuelve un ambiente de magia y misterio, son numerosas las anécdotas e historias que giran a su alrededor.

El té invita a los sentidos a despertar, a salir de su letargo:

A la vista le da la posibilidad de admirar sus hermosos colores plasmados en sus hebras.
Al tacto le otorga la potestad de familiarizarse con la textura de sus hebras ya sean frágiles o rígidas.
Al olfato lo ayuda a desarrollar la concentración para poder percibir y descubrir los aromas y fragancias que se van desprendiendo de esas hebras.
Al oído le da la posibilidad de escuchar el suave sonido del agua vertiéndose con arte en una taza de té a la expectativa de cual va a ser el sabor de esa bebida.
Al gusto: lo honra dejándose degustar, con sólo llevar una taza de té a los labios y descubrir un mundo de sabores.

Leyendas sobre el té

Entre las más extrañas leyendas, se encuentra la de un catador de té que viajó a China con el objetivo de realizar diferentes cataciones para encontrar el material exacto para elaborar nuevas variedades de té. Fue así que hace unos cuantos años atrás el catador se encontraba explorando una gran plantación de té en las montañas chinas cuando de pronto le pareció ver a una persona en medio de la planta Camellia Sinensis.

Sin pensarlo mucho se dirigió al lugar a prestarle ayuda, el caballero perdido resultó ser un joven príncipe chino que quedó muy agradecido de tan noble gesto del catador. En agradecimiento le dio una fórmula para preparar cierto tipo de té que poseía como componente a la bergamota.

De este modo fue que nació el famoso Earl Grey.

Otra leyenda cuenta que un catador, durante un viaje a China, se perdió en las montañas. Llegada la noche no supo cómo salir de las plantaciones de té. Para colmo el cielo comenzó a cubrirse cada vez más de nubes, al punto que se largó una terrible lluvia.

El catador buscó donde guarecerse pero no habían muchos lugares disponibles, lo más acogedor que encontró fue debajo de un árbol frondoso, allí pasó la noche y se quedó dormido mientras la lluvia seguía cayendo. Al otro día fue despertado por un lugareño que estaba bebiendo una humeante bebida, que ofreció enseguida al catador, este la probó y quedó maravillado con el sabor delicioso de la bebida.

Así fue que nació el Darjeeling.