¿En qué afecta el agua hirviendo a la preparación del té?
El té, mucho mejor si se lo prepara con el agua sin hervir
Seguramente has visto en varias publicaciones tanto que para el té hace falta agua hirviendo como que no. Pero, ¿en qué afecta la temperatura del agua para que la bebida sea perfecta? En varias cosas. Mejor será que leas el artículo y te enteres de más.
¿Por qué es importante la temperatura del agua al hacer té?
Seguramente. si eres bebedor habitual de té, te habrás preguntando por qué se da tantas vueltas alrededor de la temperatura del agua. Muchos insisten en que el agua para el té jamás tiene que llegar a hervir y tienen su parte de razón en esta cuestión. Pero, ¿qué es lo que sucede para que el agua no tenga que alcanzar los 100 grados centígrados?
En primer lugar, hay una evidencia que no se puede pasar por alto y es una cuestión que proviene de la física misma. El agua, cuando entra en estado de ebullición, empieza a perder oxígeno. Por consiguiente, ya no se puede hablar de que la composición del agua sea la misma una vez que entró en hervor. Está claro que el agua a 100° centígrados o más no hará que las propiedades del té sean diferentes, ni mucho menos. Pero sí el sabor y el resultado final de la preparación en general.
Para empezar, el té en cualquiera de sus variedades se prepara en formato de infusión. Para esto, el agua no debe llegar a la temperatura de hervor. O, al menos, la hierba en cuestión que se quiera infusionar no debe ser sometida a ebullición. En dicho caso, se estaría convirtiendo en una tisana. Es por esto que cada clase de té tiene una temperatura de agua aproximada, que es la que supuestamente hace que ofrezca sus mejores características de sabor, aroma y demás.
Temperatura del agua ideal para hacer té
Así es como un té blanco o un té verde, mucho más suaves, pueden ser preparados sin ningún problema con el agua a unos 70-80° centígrados. Por su parte, un té más fuerte como puede ser un té negro o un té rojo, demandan una temperatura un poco más alta, cercana a los 85-90° centígrados. Manejándote en esos márgenes podrás tener una infusión justa, dándole un reposo de entre 2 y 5 minutos, de acuerdo a la variedad que tengas en tus manos y de lo fuerte o suave que la quieras. Está claro: cuanto más repose el té con el agua, más fuerte saldrá de sabor.
Esto también varía de acuerdo a las culturas. Los ingleses, por ejemplo, beben el té mucho más caliente y emplean agua hirviendo. En oriente, todo lo contrario, lo preparan mucho más suave, respetando las temperaturas que ellos consideran idóneas para esta clase de situaciones.
Si te ha sucedido que el agua está demasiado caliente, lo ideal sería que la dejes reposar unos minutos hasta que tome la temperatura adecuada. No todos tienen termómetros u otros instrumentos de medición para verificar estas cuestiones, así que es algo que puedes calcular cuasi intuitivamente una vez que has llegado casi al punto de ebullición.
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