¿Qué tipo de consumidor de té eres?
No todos los que beben té son iguales
¿Eres de los que beben té compulsivamente y saben todo de él? ¿Eres de los que se preocupan por las propiedades? ¿Recién estás empezando en este mundo? Entérate entonces en esta nota qué clase de consumidor de té eres precisamente.
El té es como todo en la vida: tiene un sin número de matices que se puede apreciar dentro de la infusión misma. Que variedades, que calidades, procedencias, propiedades y cuántas cosas más. Todo une en torno a él y, por supuesto, sus consumidores no siempre son iguales. Como sucede con el vino, con la comida de perfil gourmet o con cualquier otra manifestación que genere diferencias, el té también tiene sus especímenes particulares.
Vamos, que no toda persona que bebe y es aficionada al té se comporta de la misma forma. Están aquellos que se saben absolutamente todo acerca de esta gloriosa infusión, como también están los que antes de beber una taza preferirían inyectarse cianuro. Por eso mismo, no todos son iguales y aquí se ha tejido una diferenciación de consumidores, para poder distinguirlos con tan sólo escuchar lo que dicen acerca del té. Y tu... ¿A qué categoría perteneces?
Cuál es tu perfil como consumidor de té
El friki del té
Sabes absolutamente todo sobre el té. Eres de los que se recorre todas las tiendas posibles en busca de aquella variedad oriunda de Yunnan que sólo puedes encontrar en un recóndito sitio que nadie conoce (y al que nadie comentas) o que sólo lo preparas con agua mineral de la máxima calidad posible. Te has comprado un termómetro para medir la temperatura exacta en la que quieres beber ese blend especial que te ha llegado directo desde la India y cuentas rigurosamente los minutos de infusión a la cual sometes a tu bebida. Jamás le has puesto azúcar a una taza y puedes distinguir la presencia de cualquier objeto extraño en tu infusión. Y hasta incluso estás considerando en aprender a leer chino para poder estar al tanto de todo lo que se escribe con respecto al té, para poner acceder a la información de primera mano.
Un potencial esnob del té
Sabes que el té está de moda, pero todavía no te has involucrado de lleno en este mundillo. Asistes a cuanta degustación de nuevas variedades haya en la tienda de té de tu zona, pero todavía no consigues encontrar la diferencia que hay entre esa infusión de Ceilán que probaste hace unos días y el té en bolsita que compras en el supermercado. Has leído que el té blanco es el más fresco y delicado y que el té rojo es sometido a procesos de fermentación. Tienes toda la intención, pero todavía te falta mucho recorrido para llegar a ser un friki.
El que se sabe todas las propiedades
Para ti, el té en sí mismo, la bebida, queda en un aspecto secundario. No te importan tanto el aroma, el sabor, la astringencia ni la procedencia. El té para ti lo es todo en cuanto a salud. Cada vez que ves a alguien con una taza en la mano, le preguntas qué es lo que está bebiendo y a continuación sueltas un rosario de propiedades, contraindicaciones, beneficios posibles y hasta investigaciones recientes con respecto al té verde, rojo o blanco. No sabes distinguir entre un earl grey o un lapsang souchong, pero te conoces de memoria las 25 propiedades del té verde. Para ti, la salud está primero que esa humeante infusión que todos ponen delante de sus narices.
El neófito
Recién acabas de descubrir que el té puede llegar a ser algo más que eso que viene en bolsitas y que todo el mundo bebe por las tardes o en sus desayunos. Has oído algo acerca de sus propiedades y hasta incluso ya te has enterado que hay un té verde y uno rojo, aunque no te termina de cerrar que lleven esos colores por nombres. Sabes que el té es bueno para la salud, pero todavía no te terminas de dar cuenta el por qué. No sólo tienes mucho que aprender, sino que todavía te quedan litros y litros por consumir para "subir de grado".
El detractor
Para ti, el té es poco más que agua sucia. Ya sea en bolsitas o en las mejores hebras de la alta montaña del Himalaya, a ti te da igual: el té es basura y nada se equipara a esa taza de café soluble que bebes todos los días antes de partir al trabajo. El té lisa y llanamente no te importa: es cosa de viejas, de enfermos, de ingleses (alguna vez has escuchado eso de que lo beben siempre a las 5 de la tarde) o de gente que quiere ir por la vida de refinada. ¿Las propiedades del té? Eso que quede para tu abuela. A ti sólo te importa hincharte a cerveza y mirar el fútbol.
Aclaración: Esta nota está hecha con amor y humor para todos los lectores de la sección de té de Innatia. Por favor, que nadie se ofenda por esto, ya que no hay ni la más mínima intención en hacerlo. Simplemente es jugar un poco con los estereotipos y que todos podamos reconocernos (aunque sea un poco; aunque sea tomando un poco de una y otro de la otra) en estos modelos ficticios a los que hemos apelado. A seguir disfrutando el té nuestro de cada día, como de costumbre. :)
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